Taller de Narración Oral y Cuentacuentos de la Universidad Popular Carmen de Michelena
Amparo Gonzalez: Las medias rojas
Sucedió en la Galicia rural.
(Este cuento forma parte del video homenaje a Emilia Pardo Bazán que la UPCM presentó el pasado 8-M con ocasión de los actos conmemorativos de la Semana de la Mujer en Tres Cantos)
Muy bien contado, Amparo, se notan tablas... Y exhibición de machismo puro, contado, en un tiempo no tan lejano. Radiografía de una sociedad que formó -en algunos aspectos sigue formando-, parted enuestra epidermis. Ese tipo de uña córnea sería además, como diría Don Quijote, un cernícalo lagartijero.
Llevar unas medias rojas en un tiempo fue, además, pecado mortal, porque movían, decían los seguidores del Padre Ripalda y el Padre Astete, a la concupiscencia... Pero la joven rapaza lo afrontó esperando ver cumplido el sueño de su ilusión, el barco que la transportaría a un mundo mejor en un tiempo en el que irse al Nuevo Mundo, desde Galicia, resultaba más fácil que venir a Madrid.
Duro fue el precio a pagar por la rapaz, tan duro como el machismo imperante de la época. Junto a ello, la hipocresía de la sociedad del momento, porque, al fin y al cabo, "esas cosas pasaban" con la mayor naturalidad.
Doña Emilia Pardo Bazán en su punto, y Amparo dándole réplica contando las peripecias de la mujer caída.
Una contada magistral. El cuento precioso y la narración es un ejemplo de como se debe hacer.
ResponderEliminarGracias Marisa. Cada día aprendiendo un poco más de este fascinante mundo del Cuentacuentos.
EliminarMuy bien contado, Amparo, se notan tablas... Y exhibición de machismo puro, contado, en un tiempo no tan lejano. Radiografía de una sociedad que formó -en algunos aspectos sigue formando-, parted enuestra epidermis. Ese tipo de uña córnea sería además, como diría Don Quijote, un cernícalo lagartijero.
ResponderEliminarLlevar unas medias rojas en un tiempo fue, además, pecado mortal, porque movían, decían los seguidores del Padre Ripalda y el Padre Astete, a la concupiscencia... Pero la joven rapaza lo afrontó esperando ver cumplido el sueño de su ilusión, el barco que la transportaría a un mundo mejor en un tiempo en el que irse al Nuevo Mundo, desde Galicia, resultaba más fácil que venir a Madrid.
Duro fue el precio a pagar por la rapaz, tan duro como el machismo imperante de la época. Junto a ello, la hipocresía de la sociedad del momento, porque, al fin y al cabo, "esas cosas pasaban" con la mayor naturalidad.
Doña Emilia Pardo Bazán en su punto, y Amparo dándole réplica contando las peripecias de la mujer caída.
Conrad
Conrad, cómo te expresas, da gusto leerte. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo