Triste final para una mujer enamorada. Cecilia no era profesora, era simplemente una mujer huérfana, un hecho que le marcaría de por vida. Y si tiene la desgracia de encontrar en su camino a un hombre que la considera algo así como la nada, acaba en un lugar a donde llevan a los que consideran locos, locas, a los manicomios.
claro que ella, ya perturbada por lo que llevaba dentro, decidió vivirlo hasta el último momento sintiéndose aire...
Bravo María Luisa! Me ha encantado.
ResponderEliminarLa mujer recluida, no tiene más salida para liberarse de sus sentimientos...
ResponderEliminarMuy bien contado. Enhorabuena MªLuisa.
Estás espléndida María Luisa, lo cuentas muy bien, se perciben hasta los movimientos del aire. ¡Muy bueno!
ResponderEliminarMaria Luisa, magnifica contada, enhorabuena.
ResponderEliminarTú expresividad llega y transmites con sentimiento lo que estás narrando.
ResponderEliminarENHORABUENA.
Gracias por vuestros comentarios. Se hace lo que se puede....
ResponderEliminarTriste final para una mujer enamorada. Cecilia no era profesora, era simplemente una mujer huérfana, un hecho que le marcaría de por vida. Y si tiene la desgracia de encontrar en su camino a un hombre que la considera algo así como la nada, acaba en un lugar a donde llevan a los que consideran locos, locas, a los manicomios.
ResponderEliminarclaro que ella, ya perturbada por lo que llevaba dentro, decidió vivirlo hasta el último momento sintiéndose aire...
Muy bien contado, María Luisa. Mucha naturalidad.
Conrad
Me ha encantado tú expresividad, tu naturalidad , la sensibilidad y entusiasmo que pones en la narración. Precioso cuento.
ResponderEliminarMuy bueno Luisa, un triste final.
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